¿Quién no conoce el famoso tzatzíki, la salsa griega de yogur? Un acompañante perfecto para refrescar nuestros platos y darles un toque aromático y agradable. Con albóndigas, carne roja, verduras a la plancha o al vapor, en hamburguesas normales o vegetales, con pan de pita o en puré de verduras, una cucharada de tzatzíki hace la diferencia.
¿Y qué podemos hacer para conseguir una textura perfecta, cremosa y espesa? Utilizar un buen yogur griego, verdadero y vivo, con sus enzimas y sus ricas propiedades. Y para una textura ideal, podemos eliminar el exceso de suero colándolo con una tela de algodón o con una bolsa para leches vegetales. Si nos resulta difícil localizar un yogur bueno, una muy buena  solución y además súper saludable es mezclar 2/3 de yogur de oveja ecológico con 1/3 de yogur de cabra ecológico. La textura que le da esta combinación es lo que exactamente necesitamos.
Lo seguro es que el yogur griego por si solo aporta frescura pero cuando le añadimos pepino el resultado es un frescor total de sabor y aroma. Yo he añadido, aparte del eneldo que indica la receta tradicional, unas hojas de hierbabuena siempre y cuando sean frescas. Porque, algo que suelo proponer sobre el tzatzíki es que, cuando no disponemos de las hierbas aromáticas en fresco, mejor pasar de este paso y realizar la salsa solo con ajo y pepino.

Comensales:

Tiempo: 10 minutos

Dificultad:

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1. Vaciamos el yogur en un colador de tela y lo dejamos apoyado en un bol grande para sacar el exceso de su suero. Este paso es importante para la textura final, cremosa y espesa, del tzatziki.
2. Lavamos bien los pepinos. Si somos afortunados de contar con unos pepinos de huerta o comprados ecológicos conservamos su piel rica porque aporta mucho sabor, pero si tenemos pepinos normales es mejor pelarlos.
3. Quitamos su parte central con las pepitas, que es la parte que contiene más agua, y rallamos el resto con un rallador grueso. Salamos y lo ponemos en un colador o en una bolsa de tul para soltar su agua ayudando con las manos. ¡De verdad, es muy sorprendente la cantidad de agua que suelta el pepino mientras lo estrujamos!
4. Machacamos el ajo, picamos el eneldo fresco y las hojas de la hierbabuena.
5. En un bol mezclamos el yogur, el ajo, el eneldo, la hierbabuena y los pepinos.
6. Añadimos el aceite de oliva, el vinagre y la sal y pimienta al gusto

– ¿Y si le añadimos hojas de menta o cilantro? ¡Pues adelante! Soy amante de todas las hierbas frescas aromáticas. Podemos probar con eneldo y menta o solo con cilantro etc.

– Antes de servir el tzatzíki es mejor dejarlo reposar en la nevera durante mínimo 30 minutos. De esta manera, los sabores del pepino, del ajo y de las hierbas aromáticas se juntan bien y crean un resultado más uniforme.

– Tanto el pepino como el yogur no paran de soltar agua así que una buena idea para poder disfrutar de un tzatzíki espeso y cremoso no solo durante el primer día, es hacer un poco de espacio a un lado en el plato o en el bol donde lo tenemos y allí colocar un trozo de pan. Esto ayudará a que el pan absorba el exceso de agua y que nuestro tzatzíki conserve su textura. Antes de servir, quitamos el pan, removemos bien y lo tendrémos listo.

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